Una fecha cargada de contenido, que nos sirve para acompañar y animar a familiares y enfermos y para reflexionar sobre nuestros propios hábitos de vida.

Casi todos hemos conocido o conocemos a alguien que ha tenido contacto con esta enfermedad. Pero también es cierto que cada vez existen más y mejores avances para combatirla. Si eres de los que se pregunta alguna vez qué podría yo hacer en el Día Mundial contra el cáncer, cómo puedo aportar mi granito de arena para aliviar sus consecuencias, puedes tomar nota de algunas sencillas sugerencias:

La lectura de cuentos infantiles es una estupenda herramienta para que los niños puedan expresar sus emociones, descubran expresiones nuevas o vocabulario, entiendan de un modo lúdico algunos conceptos morales abstractos, como el bien o el mal, y compartan tiempo de calidad con sus adultos.

Si rebuscamos en los recuerdos de nuestra infancia, nos sentiremos afortunados si recordamos alguna fascinante historia que llegó a nosotros a través de un cuento o de un relato oral. Padres y abuelos tradicionalmente han sido y son los encargados de arroparnos antes de dormirnos, de inculcarnos valores y de preservar bonitas historias.

Incluso siendo ya adultos podemos disfrutar al releer con otros ojos aquellos preciosos cuentos y seguir cultivando todos los beneficios que aún pueden aportarnos. ¿Por qué no? Leer un cuento estimula la creatividad, ejercita nuestra memoria, funciona como transmisor de valores, nos hace reflexionar dulcemente sobre las metáforas y moralejas que contiene, e incluso puede ayudarnos a superar un reto o una inseguridad si es que logramos asociarlo a alguno de los personajes.