¿Sabías que Arucas cuenta con una de las mayores exportaciones del plátano de Canarias? ¿Y que es uno de los lugares donde se cultiva la cochinilla, un insecto apreciado en la industria de la tintorería?

No todo es sol y playa, Canarias esconde parajes y pueblecitos que no dejan indiferente a nadie. Arucas, al norte de Gran Canaria, es un ejemplo de ello, con su  centro histórico-cultural deja maravillados a los turistas y es orgullo de sus lugareños. Llama la atención la iglesia moderna, que comenzó a construirse a principios del siglo XX siguiendo el estilo neogótico. En su interior guarda grandes joyas artísticas, pinturas y escrituras.

Arucas es conocida como la Ciudad de las Flores, ya que cuenta con plantas procedentes de todos los continentes. Es un lugar para para pasear, para enamorarse y para descubrir la cultura canaria en estado puro.

La Plaza de San Juan, la Iglesia de San Juan Bautista, la Casa de la Cultura, la Fábrica del Ron Arehucas, el Jardín de la Marquesa, la Montaña de Arucas, el yacimiento arqueológico de la Cerera o la Parra Negra son algunos de los puntos de interés. La naturaleza y el turismo activo son otros de los atractivos del municipio grancanario.

Otras cosas para hacer en Gran Canaria

Este enclave, declarado conjunto de interés Histórico-Artístico en 1976, permite hacer diversas actividades, conocer los pueblos cercanos de la zona, escalar las cumbres canarias o visitar la ciudad de Las Palmas. Así se podrá tener una visión más extensa de la isla y su Patrimonio.

Para los más aventureros, también es muy recomendable un paseo en helicóptero o visitar el Observatorio Astronómico de Maspalomas. Lo completaremos con una visita a las casas de cultura, con sus salas de exposiciones y centro de artesanía o a las Salinas de Tenefé, así como el teatro Víctor Jara en el municipio de Santa Lucía de Tirajana.

Al acabar la ajetreada jornada regresamos a nuestro alojamiento, Elba Vecindario Aeropuerto Business & Convention Hotel. Es hora de relajarse en el amplio Lobby Bar, tomar el sol en la piscina del ático con vistas a la ciudad, disfrutar de una sauna o –por qué no- jugar un partido de squash.